El Gobierno insistió en que no abaratará el despido.
Antes de la reunión de ayer a tres bandas con sindicatos y patronal, representantes del Ejecutivo se comprometieron ante las centrales a no aceptar las condiciones exigidas por la CEOE en la negociación del diálogo social -rebaja de las cotizaciones a la Seguridad Social en cinco puntos y la indemnización por despido con 20 días de año trabajado-.
Al contrario, el Gobierno mantiene como base para la negociación las propuestas que se incluyen en el documento que envió a los agentes sociales en junio, informa la agencia Efe.
Entre esas medidas se prevé dedicar durante seis meses 420 euros al mes para los desempleados que han perdido su prestación por paro, o la rebaja de medio punto en las cotizaciones empresariales.
Por la tarde y tras la reunión a tres bandas, trascendió que el Gobierno entregó un nuevo documento a patronal y sindicatos, en la línea del anterior. La propuesta del Ejecutivo es "razonable y buena" y "atiende bien" los objetivos de la CEOE de que las empresas reciban una "inyección importante en forma de ahorro de coste para pasar la crisis", informaron fuentes cercanas a la negociación. El documento no prevé la rebaja de cinco puntos en las cotizaciones de la Seguridad Social como pedía la patronal, porque, según el Gobierno, "es tan exagerado que no hay márgenes".
Tras la reunión, los agentes sociales reafirmaron en un comunicado conjunto su "voluntad" de seguir avanzando en la negociación de un acuerdo que responda a las necesidades tanto "coyunturales como estructurales de la economía".
EL APUNTE
Corbacho y Salgado, frente a la patronal
El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, advertía esta semana que el abaratamiento del despido es uno de los puntos innegociables. Corbacho denunciaba también que algunos planteamientos de la patronal hacían "muy complicado" el acuerdo. Unas declaraciones que apoyó la ministra de Economía, Elena Salgado, cuando afirmó que las demandas de la CEOE "son líneas rojas" que no deben rebasarse.
SEMANAS DE REUNIONES SIN ACUERDO
Patronal y sindicatos llevan semanas de desencuentros. El penúltimo capítulo fue en la reunión del pasado 2 de julio, cuando los representantes de los sindicatos se levantaron de la mesa porque a su juicio la CEOE presentó "por sorpresa" un "programa de máximos". Según CC OO, la patronal rompió el compromiso, establecido el 20 de mayo, de que determinadas materias no se iban a tratar en la mesa. En esa reunión, la CEOE reivindicó la rebaja de las cotizaciones sociales en cinco puntos, o lo que ellos denominan el Contrato del siglo XXI, que contempla la indemnización por despido de 20 días por año trabajado. A esta denuncia, el secretario general de la CEOE, José María La casa, respondió esta semana que no han cambiado su agenda, insistió en la voluntad de llegar a un pacto pero "no a cualquier precio", y pasó la pelota al tejado del Gobierno cuando repitió que debe asumir "mayores riesgos".
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El desplome económico no se combate con retrocesos en los derechos de los trabajadores. Ése es el mensaje con el que un grupo de 500 profesores y catedráticos de Derecho del Trabajo, Sociología del Trabajo y Economía quieren contrarrestar las propuestas de reforma laboral y abaratamiento del despido que han surgido a raíz de la crisis. El documento, al que ha tenido acceso este periódico, respalda las tesis sindicales de que la legislación laboral no ha sido la causante de la crisis, por lo que las soluciones no deben centrarse en ese campo.
El documento reclama flexibilidad en las empresas antes que despidos
Sostiene que una red de banca pública facilitaría el acceso al crédito
Frente a la idea promovida por 100 expertos de crear un contrato único con despido más barato, los firmantes de este manifiesto abogan por extender la protección por desempleo, destinar recursos públicos al cambio de modelo productivo y fomentar la flexibilidad interna de las empresas antes que recurrir a despidos.
"No es promoviendo el despido sin causa ni control judicial como se avanza hacia un mercado laboral en el contexto de un modelo económico más productivo", asegura el manifiesto, titulado El trabajo, fundamento de un crecimiento económico sostenible. Los profesores y catedráticos creen "políticamente indecente pretender desplazar a los trabajadores una parte sustancial de los costes de la crisis". La simplificación en el régimen de contratación promovida por 100 economistas, argumentan, provocaría una simplificación del régimen de despido y una "precariedad generalizada" entre los trabajadores.
La solución la encuentran estos 500 profesores en la negociación colectiva. "Una de las más urgentes necesidades de nuestro sistema de relaciones laborales es modificar el principio rector dominante en la gestión de la mano de obra". Se trata de abandonar "el abuso" de la flexibilidad externa (contratos temporales excesivos y despidos) para apostar por la flexibilidad interna (medidas pactadas entre empresarios y trabajadores para paliar las dificultades).
El manifiesto señala lagunas tanto en la innovación de la gestión empresarial como en la formación de los trabajadores. Y ahí sugieren que actúe la negociación colectiva. "Es ahora, más que en ningún otro momento de nuestra historia moderna, cuando la innovación y la formación tienen la posibilidad de convertirse en el auténtico motor de la economía española", subraya.
Más allá de la organización en las propias empresas, capear la crisis requiere de intervención pública. En primer lugar, revirtiendo la "estrategia conservadora de restricción del crédito por la que han optado buena parte de las instituciones financieras". Para ello, los expertos sugieren liberar recursos públicos para impulsar políticas industriales y energéticas. También piden que se incentive la actividad del sector privado con recursos financieros.
Ante las dificultades que está teniendo el Instituto de Crédito Oficial para canalizar sus préstamos a través de las entidades financieras, el documento recomienda crear una red de entidades públicas que faciliten el acceso a los créditos.
Todo ello debe redundar en un "cambio paulatino y profundo del modelo productivo" frente al actual, apoyado en "el uso intensivo de trabajo precario, mal remunerado y poco cualificado".
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